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Acción climática, un esfuerzo global que requiere la colaboración de todos

Publicado el 11 abril, 2024

El clima, un elemento imprescindible para nuestro planeta, tiene una gran influencia directa sobre todos los seres vivos y los sistemas naturales. Esto se refleja en la temperatura, la humedad, las precipitaciones, entre otros, los cuales son factores determinantes para la biodiversidad, la agricultura, la salud humana y la economía. Por ejemplo, las sequías prolongadas pueden afectar gravemente la producción y el acceso a alimentos y agua potable, mientras que otros fenómenos como las tormentas y las inundaciones pueden causar pérdidas económicas y humanas incalculables. Pese a esto, la actividad humana viene generando alteraciones en los patrones climáticos como consecuencia del calentamiento global, causando una influencia negativa en nuestro mundo y en la sociedad.

Para ponerlo en sencillo, el calentamiento global es el aumento continuo de la temperatura global, el cual es producto de las emisiones de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono) que atrapan el calor solar en la atmósfera. Estas emisiones se deben principalmente al uso intensivo de combustibles fósiles, la deforestación, la agricultura intensiva y otras actividades desarrolladas por el ser humano. El cambio climático es una de las amenazas más grandes a los que se enfrenta la humanidad, amenaza que tiene un alcance global que afecta todos los países, sin importar su ubicación geográfica o su nivel de desarrollo económico.

El calentamiento global es un hecho científico innegable, y los efectos que provoca están empezando a sentirse por todo el mundo. El incremento del nivel del mar, la acidificación de los océanos, la pérdida de los glaciares y la alteración de los patrones de precipitación son algunos de los efectos del cambio climático que afectan tanto a la naturaleza como a la salud y a la economía humana. La contaminación del aire incide en el incremento a los índices de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, mientras que el aumento de las temperaturas conlleva golpes de calor y la propagación de enfermedades infecciosas. Igualmente, el cambio climático influye en la producción de alimentos y en el suministro de agua, consecuencia que puede desatar hambrunas y conflictos por los recursos naturales.

A medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, las empresas están tomando conciencia que su papel en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para evitar un desastre climático. Bill Gates, en su libro “Cómo evitar un desastre climático”, enfatiza la necesidad de que la industria adopte un enfoque proactivo para gestionar su huella de carbono. El sector industrial es responsable de aproximadamente un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero y es, por lo tanto, un sector clave en la lucha contra el cambio climático.

La gestión de la huella de carbono en la industria implica evaluar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan a consecuencia de la actividad empresarial. Para llevar adelante este objetivo, es esencial llevar a cabo una medición precisa de las emisiones, establecer objetivos concretos para lograr una reducción y poner en marcha estrategias eficaces para alcanzarlos. En caso de que una empresa tenga la intención de reducir su impacto en el cambio climático, es importante entender que la gestión de la huella de carbono es un proceso continuo y evolutivo. Esto significa que las empresas deben estar preparadas para revisar y actualizar su plan de reducción de emisiones a medida que evolucionan las tecnologías y los conocimientos científicos.

Una de las estrategias más efectivas para gestionar la huella de carbono del sector industria consiste en realizar una transición hacia fuentes de energía renovables, así como el uso de tecnologías de almacenamiento para acumular la energía renovable excedente para su uso durante los períodos en los que su producción resulte más baja. Otra estrategia es la implementación de tecnologías y prácticas energéticamente eficientes.

Sin embargo, la gestión de la huella de carbono en las empresas presenta una serie de desafíos. Una de las mayores barreras para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es el alto costo de la transición hacia fuentes de energía renovables y la implementación de tecnologías con mayor eficiencia energética, por lo tanto es fundamental que los gobiernos establezcan mecanismos para promover la adopción de estas medidas, lo que incluye otorgar subsidios y exenciones fiscales a las empresas que realizan estas inversiones.

La acción climática es un esfuerzo global y requiere la colaboración de todos los países y sectores. Los gobiernos deben establecer leyes y regulaciones para fomentar la reducción de emisiones y la transición hacia una economía baja en carbono. Las empresas también tienen un papel fundamental en la reducción de emisiones y la adopción de prácticas sostenibles. Los ciudadanos pueden contribuir a través de cambios en su estilo de vida, como la reducción del consumo de energía en el hogar y la adopción de una dieta más sostenible.

Debemos trabajar juntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático. Esto no solo protegerá la naturaleza y el ambiente, sino que también mejorará la salud y la calidad de vida de las personas en todo el mundo. Cada uno de nosotros podemos contribuir a la lucha contra el cambio climático, ya sea a través de pequeños cambios en nuestro estilo de vida o mediante la promoción de políticas y prácticas sostenibles en nuestras comunidades y organizaciones. Juntos, podemos restaurar nuestro clima, nuestro planeta y nuestra vida.